Mujeraje 2012



Mujeraje: el lado receptivo de Santa Lucía

Como lugar privilegiado de encuentro real y simbólico, contar la historia de las mujeres luciteñas es contar la historia viva de la mujer marabina; este es el propósito de este proyecto, darle espacio de reconocimiento a aquellas que en su día a día reviven los lazos básicos que mantienen el funcionamiento de una sociedad: el cuidado de los vínculos afectivos y el emprendimiento económico.

Un domingo por la tarde fue el día escogido para llevar a cabo un taller vivencial que propiciaría la creación del diálogo entre los artistas y las mujeres protagonistas de este proyecto, cinco residentes de esta calle que aceptaron el reto de ser el contenido y al mismo tiempo las ejecutantes de la intervención artística propuesta por El Semillero.

Estas cinco mujeres no sólo articulan su identidad en los roles tan valiosos de cuidadoras, afectuosas,emprendedoras y trabajadoras: el elemento de la convivencia en la vecindad también aflora y nos habla de las particularidades de este espacio; a pesar de que algunas de ellas no se conocían,quienes se conocen están unidas por lazos de amistad ya consolidados.

Lo que aquí se muestra es expresión de un proceso vivencial compartido entre los artistas del Semillero y las mujeres participantes. Se procuró resaltar los hallazgos que pudieran lograrse en cuanto a la toma de conciencia sobre la propia actividad creadora, como parte de una experiencia vital y cotidiana. Dentro de esta dinámica, para cada mujer participante se fueron dando distintos momentos de revelación, desde la realización material de objetos mediadores de su experiencia estética como la obra “Gran Testimonio Transparente”; el descubrimiento de acciones de su historia personal, para el caso de las colecciones, la mezcla de ambos momentos con el uso de la fotografía como medio de registro expresivo de una colección intima en la obra “Anna Lyn” o la puesta en diálogo visual de documentos de curso legal junto a documentos de expresión personal, como la obra “Querer es poder”.

En este espacio de tránsito social se propone entonces este pasar a través del reconocimiento y la creación, con el norte en consolidar y pluralizar el hecho artístico a todo nivel.